Las facilidades que ofrece Internet para la compra de artículos en mercados exteriores supone, sin lugar a dudas, un gran estímulo para el consumidor, que encuentra grandes oportunidades en negocios de otros países. El proceso de adquisición resulta muy sencillo, pero no es descartable que durante el tránsito del paquete se registre alguna incidencia, como puede ser una retención de la mercancía en aduana.
¿Qué significa esto? No hay motivos para alarmarse. En este organismo tendrán que comprobar que el contenido de la caja corresponda con lo declarado y también te reclamarán el abono de algún impuesto. Será la propia aduana la que se encargue de enviarte el aviso.
Estos gastos en conceptos arancelarios y de tramitación son comunes en aquellos envíos desde países extracomunitarios, China o Estados Unidos. Antes de realizar cualquier compra se aconseja al cliente que se asesore sobre los gastos e impuestos que acarrean las operaciones comerciales con los países no pertenecientes a la Unión Europea.
De esta manera podrás disfrutar del producto comprado de una manera más rápida y sin que te lleves sorpresas inesperadas en forma de pagos con los que no contabas.
Para realizar la declaración aduanera de importación las empresas deben facilitar de forma obligatoria una factura proforma o comercial. El vendedor te hará llegar por email la factura, así que procura guardarla ante cualquier problema.
Si retienen tu paquete en aduanas lo más probable es que tengas que pagar una serie de tasas que presumiblemente no entraban en tus planes iniciales para de esta forma liberar la mercancía. Comprueba la fecha máxima permitida para hacer el trámite, ya que de caducar este plazo el paquete acabaría siendo devuelto al remitente.
Si tienes alguna duda, siempre puedes contactar con la aduana del país correspondiente para conocer las exigencias que imponen.